Cuando al ratón tú le pones
en la ratonera, queso.
Ese ratón se dispone,
a festejar el suceso.
Y tú de lejos lo miras,
sabiendo que va a caer.
Ante ti, boquita arriba,
y el queso ¡no va a comer!
Así debes de ponerle
el queso, a ese tramposo.
Seguro veras caerle,
como a ese ratón odioso.
La moraleja del verso
¡jamás regales traición!
Que aunque tú no comas queso,
¡caerás como el ratón!
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