Que te hace pensar mi existencia
la hiciste desgraciada con tu adiós
y que agotaste mi resistencia
dejándome sumida en el dolor.
Que te hace pensar con el furor
que experimenta aquel que gana,
haciéndote ilusiones más que vanas
porque sabes que fuiste el perdedor.
Pero hoy reconozco que perdiera
el apoyo que siempre me brindaste.
Me arrepiento de haber dado motivos
para que tú herido decidieras
definitivamente abandonarme
y no podamos ya ni ser amigos.
|