Siempre te hube pedido esa verdad escueta
sin que el temor asome ante esa verdad.
Siempre los dos muy juntos hicimos realidad
las verdades por duras que fueran e indiscretas.
Con el paso del tiempo seguimos la receta
de amarnos sin mentiras que maten el amor
que un día nos uniera para siempre ante Dios
como la más preciada entre todas las metas.
Han pasado los años y con ellos logramos
cultivar en el huerto de nuestro amor ufano
semillas de verdad que germinan airosas.
Y nos unen en dichas, tempestades y gloria
y así hemos logrado que nuestra bella historia
al margen de mentiras sea además hermosa.
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