Ese beso amoroso de mis hijos
cuando me ven a veces preocupada
me animan a seguir acompañada
de ese respaldo que me brindan fijo.
Esa amistad que me brindan amigos
que ni siquiera he visto en esta vida
me han dado su apoyo sin medida
aprobando a diario lo que escribo.
Esa felicidad que experimento
al ver el sol entrar a mi aposento
anunciando la luz del nuevo día
Ese decir mis rezos cotidianos
a mi bello Jesús, me han animado
a amar la vida, en penas y alegrías.
|