Madre, aunque lejos muy lejos de tu vida.
Aunque en gloria o pesares yo me encuentre.
Tú vives en mi ser ¡madre querida!
y en todas mis acciones estas presente.
La prueba de la vida hoy nuevamente,
me aleja de tu lado ¡madre mía!
Pero no temas nunca, tú en mi mente,
ocupas mis existencia, noche y día.
No te importe mi madre que distante,
vivamos separadas, por la ausencia,
existe en este mundo, un Dios amante,
que por su gracia infinita te trae a mi presencia.
El no me desampara, me guía de su mano.
Y siempre que en ti pienso, ¡oh dulce madre mía!
Surges en mi memoria, estas en lo cercano,
a pesar de que existe, la inmensa lejanía.
No te aflijas, no llores, no estoy sola en el mundo.
Te tengo a ti mi madre, y no me falta Dios.
Caminamos unidas, por un amor profundo,
y aunque estemos distante ¡juntas estamos las dos!
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