El pensamiento mío es alto y sin fronteras.
Es terrible y profundo cuando lo quiere ser.
El pensamiento mío igual que el de cualquiera,
transita por el cosmos, en naves del ayer.
El pensamiento mío, a llegado a praderas,
tal vez desconocidas para muchos humanos.
El pensamiento mío, igual que el de cualquiera,
se ha vuelto obscuro y torpe, en un momento dado.
El pensamiento mío, a veces se me enreda,
por tantos laberintos, que creo enloquecer.
El pensamiento mío, igual que el de cualquiera,
sigue siendo el misterio del hombre y la mujer.
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