Mujer, siéntate ahí y conversemos.
No quiero que me rujas cual pantera.
Tampoco quiero que por él, peleemos.
Pues yo encuentro otro hombre donde quiera.
Yo se bien que eres tú quien lo persigues,
Eres tú, quién le pides que te quiera.
Mujer, si por amor a un hombre no consigues,
déjalo que se marche hay otros que te esperan.
No rebajes mujer ni pierdas mucho menos,
de todos los tesoros que Dios te pudo dar,
ese que no se compra con oro, ni dinero,
pero en cambio lo pierdes, si pierdes dignidad.
Ahora dime ¿qué quieres que yo haga?
Si él me busca, me implora, me persigue .
Más si por mi mujer, sangran tus llagas,
no he de seguir siendo yo, quién las lastime.
No llores por favor, que no vale la pena,
si quieres que lo deje te voy a complacer.
Y no porque me rujas cual la feroz pantera,
sino porque yo tengo mi dignidad mujer.
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