Me vino la tristeza a la mirada
cuando vi tu mirada aún mas triste,
diciendo que al final jamás pudiste
retenerla a tu lado como ansiabas.
Te vi llorar, gritar, desesperada,
yo trataba inútilmente de calmarte
pero hubo un momento que lograste
que mi horrible dolor te demostrara.
Nos abrazamos las dos con sentimiento
como buenas hermanas que en momentos
de dolores y dichas, sus corazones abren.
Y lloramos por tiempo indefinido
rogándole al Señor entre gemidos,
descanse en paz ¡nuestra bendita madre!
|