El tiempo que se fue ya no regresa
aunque la mente insista en regresalo,
con el se fueron alegrías tristezas,
y la nostalgia de siempre recordarlo.
Muy lejos se quedaron esos días
de inocente niñez y juventud preciosa.
Y ahora yo comprendo, por qué la madre mía,
me recordaba que hay espina en la rosa.
Cuando aquello, que cruel me parecía
que todas esas bellas rosas perfumadas,
tuvieran en el tallo las espinas,
y al poco tiempo también se marchitaran.
Tal vez, mi santa madre por no herirme
en aquellos breves años de ilusiones,
le faltaba el valor para decirme
que la vida era igual que aquellas flores.
Por espinas te da dolor y penas,
y los años marchitan nuestra piel.
El tiempo no regresa por la buena,
ni por la mala, lo harás a ti volver.
El tiempo que se fue ya no regresa,
vivamos el presente sin apuros,
nadie nos garantiza la sorpresa
que nos depara “ese gran futuro”.
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