No ofendas a tu madre
ni en alta o baja voz.
No la ofendas en balde
porque te escucha Dios.
No ofendas a esa vieja
que la vida te dio.
porque oirás sus quejas
dándote su perdón.
No ofendas a tu madre
mira que igual querer,
jamás te dio el buen padre,
¡ni la mejor mujer!
|