Gota trémula, vacilante
que asomas misteriosa
en las grietas, en los grifos,
en las paredes y tubos
y te viertes estrepitosa
a los botes, a los pisos,
a los charcos del camino.
Gota de lluvia andariega
arrastrada por la brisa
a la playa, al malecón
y se prende en tu sonrisa.
Gota de miel, de perfume
que recorren tu piel,
que despiertan mis sentidos
en tu acanelado vergel.
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