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Sin una mirada que te remonte al firmamento.
Sin una caricia que enloquezca tus sentidos.
Sin un ósculo que desborde tus locuras.
Sin un abrazo que ahogue tus suspiros.
Sin su cálido aliento que cabalgue en tu mar adentro.
Sin su mano que recorra tus curvas y llanuras.
Sin su voz que conforte tus heridas.
Sin su cuerpo que cabalgue en tu tiempo.
Sin el delirio del amor que te remonte al clímax
de la pasión, del latido del corazón,
del estruendo eruptivo de los volcanes
del silencio de las palabras sin huella,
del trueno de los relámpagos de madrugada.
Sin un amor que te cobije en su seno
que te cubra de miel, de fresas y de romero.
Sin un amor que te delate el frenesí.
Sin un amor que te convierta en polvorín
la vida transcurre, sin la algarabía
sin el timón, sin la vorágine, el volantín,
del ser que amas y que te engaña
con otro amor, con otra vida,
otras saudades, otras quimeras…
Ya no estés triste, ya no le llores.
¡Sigue adelante!, no es para ti.
Es un oprobio que masacró
con sus mentiras tu corazón.
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