Obsequiaré mi ausencia
a todos aquéllos
que han querido algún día
librarse de mi bendita presencia.
Haré realidad sus sueños,
les obsequiaré mi ausencia,
no volverán a escuchar mi voz,
ni la prisa de mis pasos,
haré realidad sus sueños,
faltan algunos meses,
para darles el abrazo final,
aprenderán muy pronto
a difrutar la vida
SIN MI PRESENCIA
en sus días,
¿llenarán mi vacío
con nuevas presencias?
quizá lo harán, no lo sé,
pero es muy cierto
que aprenderé muy pronto
a obsequiarles mi ausencia
a todos los que un día
no apreciaron MI PRESENCIA.
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