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Selene maravillosa,
eres mi inspiración,
en las pupilas de mi amado
veo tu resplandor,
tu increible fulgor.
Tienes varios ropajes
que se ajustan a tu talle,
con ellos transitas
altiva y hermosa
noche a noche, Selene maravilosa.
Las estrellas te cantan y admiran,
los senderos de la sierra
se iluminan con tu luz,
las ninfas y duendes se bañan,
en tus rayos de plata,
los Devas arruyan los bosques,
a las hadas y elementales
las araricias y mimas.
Selene, a través de los siglos
has acompañado al hombre
al encuentro con su destino,
has iluminado con tu resplandor
sus noches tibias y frías,
noches de hastío y soledad,
donde la depresión ha sido su compañía
pero también has iluminado
las noches de amor y pasión
en las que el hombre ha entregado
su corazón y su alma
al Divino Hacedor
y se ha extasiado con tu fulgor.
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