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En la majestuosidad de la naturaleza,
en la inmensidad de la profundidad,
en la soledad y en el silencio,
en la brisa de la barca,
cara a cara ME ENCONTRÉ CON DIOS,
paseando en el Cañón del Sumidero,
en Chiapas, México,
ahí está Dios, en todo su esplendor...,
es tan grandioso el lugar
que las lágrimas brotan de los ojos
al ver un pino gigantesco
que la acción del agua en la roca formó
tiene 200 metros de altura,
los lugareños lo nombran:
EL ÁRBOL DE NAVIDAD,
pasear por el Cañón del Sumidero,
es una experiencia fenomenal,
auténtica Maravilla Natural,
con un kilómetro de altura
en su parte más profunda,
con playones donde los cocodrilos
se asolean y duermen,
con las garzas grises,
las iguanas y los monos arañas
trepados entre los árboles...,
27 kilómetros de recorrido
una experiencia sin igual
y al abrirse el estrecho cañón,
a un soleado valle,
brotan mágicas cascadas
y se forman amplias y verdes cañadas,
allí dejas volar el alma
hasta el Supremo Hacedor y
alabas su Grandeza y Majestad
y le agradeces el poder vivir
esa experiencia asombrosa
que jamás podrás olvidar.
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