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Deja que te cuente algo de mi
no me juzgues sin oirme siquiera
si te digo que soy feliz no es cierto
lo dijeron tus labios no los mios
cuando me condenaron sin conocer
la historia.
Con que miedo palpito mi corazón
tantas veces, que sabor tan amargo
el de las lágrimas contenidas uno no
escoge su destino muchos tienen
en la calle su camino.
Entre sabanas de seda y mullidos
cobertores descansan otros tantos
sin pasar malos sabores, que si estoy
sucio y maloliente es que nunca
tuve un baño ni tampoco agua caliente.
No me veas con desprecio quita la mueca
de asco que se instalo en tu rostro uno
no escoge cuando y adonde viene a este mundo
en las noches de frió un rincón me dio cobijo.
No tuve una madre amorosa ni tampoco un
padre que me de consejo solo el chamo
me acompaña cuando tengo hambre cuando
tengo frió y la calle oscura es mi casa
mi único camino no me juzgues soy como
cualquier niño.
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