Que raudal de agonía, cobija mi
noche eterna, tu boca poco a poco
ha olvidado el sabor de la mía.
No contempla ya la noche mi sonrisa
que poco a poco se apaga por la ausencia
y se desvanece como brisa tibia.
Tus suspiros los llevo guardados
uno a uno en el fondo de mi pecho
que raudal de agonía pensar que
no fueran ciertos.
No termina la noche en silencios
eternos, y mi afán ceso y la espera
ya claudica.
Aunque mi amor sigue ahí
pendiente, llorando doliente
que raudal de agonía seguir así.
queriendo hasta la muerte........
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