Despertó mi noche
en la profundidad del silencio
una sonrisa luminosa, la de
la luna en el oscuro cielo.
Mi cansancio, mi angustia
mi astió, mi nostalgia
murieron al fin
esa noche luminosa.
Cuando me contemplaron
tus ojos, y me sonreíste
con ternura, cuando tus manos
se posaron cálidas en mi cintura.
Esa noche de Septiembre
mi boca ávida encontro tus besos
y mi pecho tembloroso se fundió
con amor en tu cuerpo.
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