Era sed y hambre
de mucho tiempo, era
el deseo reprimido de mi cuerpo.
Cual tierra seca y resquebrajada
por el tiempo, y tu como fina
lluvia mojo la tierra.
Y la lluvia convertida en
torrente calmo la sed de de mi
cuerpo y tus besos el hambre de deseo.
Y era yo, resucitada en un beso
conociendo los deseos de mi cuerpo
y fuiste Tú abriendo mis caminos
de mil modos, enseñandome mundos nuevos.
Y volvió ha fluir en mi la
savia verde y me senti tierra fértil
sembrada por tu simiente y ya no tuve
mas sed ni hambre de caricias.
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