¿Que sucedio? no lo sé
tal vez una noche perfumada
por azahares blancos y pequeños
descubrió la monotonia de nuestros
besos, el paisaje se cubrió de olvido
y los besos se fuerón marchitando
con el hastío, la hora del adios
llegó con calma, sin sollozos,
silenciosa sin palabras, el amor
huyo profugo de nuestras almas.
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