El mar embravecido
se encrespa y enegrece
el lucero preparando
el vuelo viajando en
lontananza surcando el negro cielo.
La tempestad ruge, sube y baja
la marea cubriendo las rocas
con su espuma escarlata.
La noche enamorada de la luna
recoge sus reflejos, le ofrece
sobre el mar su reflejo
miles de cristales bellos
El mar con ternura infinita
acoge a los amantes nocturnos
y con un rugido puro
es testigo de su afan y
su amargura.
La luna palida y triste,
alumbrando la noche oscura
con conbulsiva luz,
parece que al mar se desploma.
Y con un grito desesperado
la pobre luna, a su amor nocturno
un beso le manda moribunda
porque ya esta aqui el alba
que se asoma.
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