Due~a fui de mis sue~os
conosi el dolor en la infancia
due~a fui de la rosa y su
fragancia.
Mi juventud paso sin darme cuenta
como potro veloz y sin freno
sali adelante porque mi
Dios fue bueno.
Timida ante el mundo
encerrada mi alma casi muerta
esperando vivir una ultima
primavera, sin darme cuenta
llego el ocaso y me atrapo
el invierno.
Una fragancia de melancolia
del sue~o no vivido, del amor
tan esperado y nunca conocido.
Me quedo el hambre de espacio,
la sed de amor, y antes que
caiga en mi propio abismo
confundida ante tal dolor.
Tal fue mi intento. por vivir
la vida tranquila, y conservar
el alma pura.
Pero eso de ser sincero y
caminar con el alma desnuda
la vida no lo compensa,
rompe la armonia del todo.
El secreto esta en ser fuerte
apagar el fuego interior
que te abraza, olvidar
el rencor, y hacer de cuenta
que nada pasa.
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