Toda noche esconde un miedo,
un miedo secreto,
profundo y funesto.
Cerrar los ojos dormido o
despierto, fundirte en el miedo
sin luz que desvele.
Lo real perdido, confundido
en el sueño, la noche viene
a ocupar todo lo incierto.
No basta con abrir los ojos,
las sombra del miedo, te
desvela de nuevo.
No hay quien después del sueño
lo enfrente, no hay quien venga
al encuentro.
La angustia sigue viviendo
la duda de ser o no ser
viviendo en la noche del sueño.
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