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Hay caricias lastimeras,
como la del sol con la luna,
como la del mar con la luna,
como la del deseo a distancia.
Hay dominios a caricias
que tambien son lastimeras,
la caricia a tu ojo,
la caricia de tu pupilente,
la caricia de mi retumbar
en tu pecho.
la del experto en acariciar,
y la del sometimiento de la mente.
Hay desgracias en caricias,
desgracia en que no te guste,
o si te gusta que sientas que te golpea la mente
y la carnalidad.
Desgracia es no verte y no tocarte para siempre.
Solo espero el momento en que te tenga
con papeles del deseo,
en la noche buscada,
en la que juntos escribiremos un contrato,
en la que la caricia ya no sea prohibida,
si no el lienzo eterno
de muchas cosas
del deseo, del amor,
de mi imaginación vuelta carne,
de mi antagonismo
vuelto en protagonismo,
en mi condecendencia
con fluidos,
en la certidumbre de palpitaciones
sudoraciones y respiraciones.
El lienzo eterno,
nosotros somos los pintores
y descubrimos que
nosotros... artistas creamos nuestro mundo
con las herramientas
y una de ellas y
la primera se llama caricia.
Hasta ese momento te respeto.
Aun es tiempo que la caricia duerma.
y despierte a la caricia mental.
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