Bonito llorar entre sollozos,
cuando un recuerdo emerge
y repican tus ojos gustosos
al encontrar el exacto engranaje.
Llorar de felicidad al doblegar,
una mirada, una convicción, formas
de encantar, y tus brazos entregar.
Y en esta fascinación sin normas;
necesitar de sosiegos, de dedos,
de besos cadenciosos, siendo amos
del placer inquebrantable.
Y en esta rienda suelta solo hay dos,
que seducidos nos trasformamos
en solo uno. Amor insuperable.
|