Me gusta ver tu rostro a media luz,
y tu caminar envuelto de nervio;
me gusta tu piel cubierto de pintura
e imaginarte en la foto vuelta adverbio.
Me gusta jugar a mi antojo con tu cabello
y saber que en el vuelo de él los suspiros
inquietan, y tus manos como mariposas
vuelan en un lienzo azul de papiros.
Todo parece lejano, austero y lindo,
en cada puesta de sol y en el repentino
golpeteo de gotas incesantes, con un cielo
triste que sirve de marco para un beso cristalino.
Me gusta tocarte e imaginarte luego,
me gusta besarte hasta que mis labios enrojezcan,
me gusta oírte, reírme y ser feliz en fuego,
y tenerte hasta que nuestras vidas anochezcan.
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