He podido ver en tus pieles mi nombre,
mi deseo y alguna otra cosa volando,
he develado tu sombra con mis dedos de hombre,
en la sutileza de tus parpados desgajando.
He podido atrincherarme con tus besos perdidos,
y tomarles sabor a todo y a nada,
he podido sentir tu aura y espíritu en cada bocanada,
y en cada palpitar los corazones son confundidos.
He podido darte el aire que respiro,
he podido acariciar tu erización entumecida
cada que te toco y cada que te miro.
¿Pero cuando me arrancaré el dolor de tu ida?
Pero no he podido separarme de ti,
ni de tus ojos primavera,
aunque en los míos otoñales vea una vera,
y en ti solo me vea a mi.
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