Espera.
Estoy contigo,
aunque no me observes,
porque tú estás junto a mi.
Están mis manos
en los rayos del sol, acariciando tu cara, te palpo y te abarco,
están mis ojos observándote
y la luna es el cerrojo.
Mis huellas no existen,
se marcan en tus latidos,
y allí se agolpan,
tus pestañeos impresos en mis labios,
tu sonrisa se quedo en mis ojos,
mi lengua se quedo con ganas,
tu cintura la amarre a is brazos,
tus manos jugaron como niñas en mi espalda
a la hora del recreo,
ahora es tiempo de dormir,
quietas esperan
ser eternamente niñas,
en el patio del cielo.
El corazón se inquieta
y dialoga bajito con el tuyo,
bajo lluvias de estrellas,
carcajadas como albas,
bostezos como auroras.
Caricias como soplo del viento.
Tus besos tan tiernos,
tus ojos observan,
como los míos se derriten,
en el insondable silencio.
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