Presagio, que en estas letras
que apenas destilan
y en el viento se hilan
hay un sin fin de formulas pétreas,
de células mancilladas
en plumas escarpadas.
Presagio, que apenas subsisto
en esta parálisis de ideas,
en lloro lacerante y que apenas es visto.
Presagio, que esta esencia de saliva
y en estos ojos brillantes,
hay una salida.
Presagio que este sentimiento
apenas contenido, apenas desecho;
le abre un hueco a mi pecho
en este cuerpo de árbol corto.
A veces he predicho que mis raíces
saldrán de lo que me conecta,
que en este revolotear de aves
siempre veré el cielo.
No sé si te detengan mis plegarias,
pero siempre un rayo hará sus estragos
en la eterna reminiscencia de mi savia.
A mis hojas les daré pétalos y flores,
y a mis flores daré la marchites
de que te extraño.
Las arrugas de mi tronco
hacen que tenga ganas de escurrir
lentamente mi resina,
así habrá una huella cuando me tales.
Sacudido por el viento… solo presagio
que me hará mucho daño tu partida.
Y yo sigo inmóvil esta forma de vida.
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