Aqui en mi entorno apenas cierto,
distingo
lo ebúrneo de la penumbra,
aqui en mi soledad incierta
el aire pronuncia tu nombre
y me hiere hasta el hueso,
mi indigna el latido,
me insisten tus labios,
se devela el enigma de tu piel
y te pongo epigrafe
con todas las plumas
con mil cinceles,
hay una guerra
entre mis cabellos
y cada uno habla su idioma,
la hartura me rinde,
me colma este pensamiento
sin dominio,
mi irrita mi irratibilidad
vuelta grito.
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