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Las palabras se las lleva el viento,
se van y revolotean en la nada,
palabras huecas o con sentimiento,
sencillas, tersas o complicadas.
En la nada, viven su soledad,
son palabras muertas, aunque viven;
muy de mañana, tras el alba y su despertar,
en la nada las palabras ríen y gimen.
El viento se las lleva y nunca regresan,
son ellas, las palabras, todo y nada,
recuerdos de lo que fue, señal de lo que será
en nuestra vida de ilusiones no terminadas.
Se van y revolotean en la nada;
vivan pues, en medio de la soledad.
Muertas ya están, son voces sin ganas,
que no pueden ni siquiera protestar.
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