Se van y no han de rregresar más,
instante a instante se consumen;
mueren y nacen, vienen otros detrás,
un aire divino los crea, los produce.
Ahora están aquí, ahora sí,
luego... luego, pues ya no lo sé;
en silencio, casi los escuchó en mí,
más despacio o fuerte, no sé por qué.
Ruido, ritmo y suave candencia,
música grande que inunda mi ser;
fuerte, sublime, sin tintes de estridencia,
privilegio para mí el poderla tener.
Se van y no han de regresar más,
verdad ésta con mucha razón,
mueren y nacen, vienen otros detrás;
son ellos, los latidos de mi corazón.
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