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Y después, ¿qué hay? Un río de recuerdos desbordados,
el milagro del amor empapado por un brindis de miel,
el silencio que llevo en mí y la vista clavada en tu retrato
y cuando cierro los ojos, hallo tu dulce mirada de mujer.
Sueño que estás conmigo y que soy los besos de tu boca,
el anhelado efluvio de amor en un lindo y claro atardecer.
Y después, ¿qué hay? Eres tú aquí, a mi lado y en persona.
con tus finos labios tan rojos, empapados con rica miel.
Nunca te fuiste, aquí estás conmigo, de mí tú nunca te irás.
Y luego, cuando cierro los ojos, el silencio que llevo en mí
se transforma en un arrullo melódico de suave compás.
Y después, ¿qué hay? Miel, en esta poesía escrita para tí.
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