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A lo lejos, fatigada y triste,
la luz celeste tiene la loca fantasía
de quererse el sol beber, que bien resiste
ante esa tontería, más que osadía.
Con vivo anhelo, en dulce calma,
entre suspiros vagos, se bañan los reflejos;
la luz celeste dice que al sol ama,
mas luce fatigada y triste, a lo lejos.
Ya gravitan las estrellas en el ocaso,
echan a volar sus quimeras e ilusiones.
Con desmayada mumbre, decoran el cielo raso,
encendiendo al primer destello las pasiones.
Con los luceros, rompen el nocturno silencio
con las cándidas espumas de sus llantos.
¿Cómo la luz celeste insiste en algo tan necio?
¡Es el sol su fuente luminosa, su todo, su encanto!
A lo lejos, fatigada y triste,
la luz celeste tiene la loca fantasía
de quererse el sol beber, que bien resiste
ante esa tontería, más que osadía.
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