En la danza de las horas
meceremos los ensueños
dando forma a mil figuras
que dormitan en la nada.
Y el abrigo de la luna
cubrirá de luz tu lecho
deslizando un lucero
en un beso entrelazado.
Y en un bello desenfreno
pasa el tiempo y tu sonrisa
en un eco se disuelve
presagiando un nuevo encuentro.
Y...
las noches y los días...
recreando un dulce ensueño.
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