Puede ser
el eco cristalino
del jilguero que me canta en la alborada.
Puede ser
la bruma matutina
que levanta con un beso mi mirada.
Puede ser
la savia peregrina
que te nutre dulcemente en mi ensueño.
Puede ser
eso y mil cosas figuradas
que siembran en mi amor un mágico portento.
Pero no,
no quiero,
¡NO!
No es el momento.
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