el tiempo se escurre por callejas sinuosas y sombrías
indiferente
inconmovible
negándose firmemente a perdonar y obrar milagros
y va renunciando a todo
a los días
a las noches
para pasearse por los laberintos cifrados en su curva
dejando a su paso un rastro cargado de penumbras
de soles implacables
de puntos de partida
mientras juega al ajedrez con las constelaciones
el tiempo se escurre por callejas sinuosas y sombrías
indolente
implacable
acercándonos ciegamente a las horas tutelares de la muerte