una aurora cubierta de ausencia
va llenando mi ventana
querido amigo
adoré los trazos de tu escritura diurna
ciñendo la ilusión en tu palabra
y odié el canto de tu voz profana
hiriendo el tímpano de quien te amaba
querido mal amigo
hoy sólo eres un reflejo fragmentado
de aquel espectro que pretendió ser cierto
encerrado en una cursiva ancestral de lengua viva
por un acompasado acorde de tragedia pura
querido amigo
no hay dolor
sólo vestigios de nostalgia
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