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CONCHA LÓPEZ


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RAÍCES SILENCIOSAS, RAÍCES SIGNIFICATIVAS

Mi bisabuela materna, Francisca tuvo 8 crianzas, de las cuales, 4 eran mujeres. Sus vidas se desarrollaron en el medio rural.
Francisca era una mujer muy respetada por su familia y en el pueblo, pues haba sabido inculcar en su descendencia la disciplina del trabajo. Eran tiempos muy difciles. Sus hijos se dedicaban al comercio de reses para la venta de la carne y sus hijas compaginaban de alguna manera las tareas domsticas y la crianza de hijos e hijas, con el trabajo en el campo y en el molino. Con el paso de los aos, Francisca perdi la visin y pasaba horas y horas en el balcn cubierto de su casa, atendida por su hija soltera, Luscinda, y recibiendo la visita diaria de algunos/as nietos/as. Conoca a cada persona por la forma de pisar al subir las escaleras o al pasar por el camino, frente a la casa. Fue una importante transmisora de coplas y dichos populares, pues pasaba sus horas de soledad y ceguera cantando en el balcn.
Su hija Benita (mi abuela materna) contrajo matrimonio con Jos Antonio, un hombre tres aos ms joven que ella, hurfano de padre y madre y criado por su to Valentn y su ta M Benita. Valentn regentaba una panadera a la que acuda la gente de los contornos con su harina para amasar y cocer el pan, por lo que se cobraba una maqua o parte proporcional de lo que haban cocido. Benita haca guardias regulares en el molino de su madre Francisca y de la comunicacin entre ella y Jos Antonio, a travs de cartas escondidas en los sacos de grano y harina, se conocieron y comenzaron su vida en comn. Benita trabaj duramente en la panadera de Jos Antonio, pues ste padeca una enfermedad cardiaca y aqulla, a pesar de sus males seos y musculares, dedicaba todo su tiempo al trabajo en el campo, en el horno y a la crianza de sus dos hijas y su hijo menor, ayudada por su hermana soltera Luscinda. En la lareira siempre haba un tazn de leche o de caldo caliente y un trozo de pan, con los que satisfacer el hambre que la Guerra Civil y la posguerra llevaron a muchas familias del contorno.
Concha (mi madre) es la hija mayor de Jos Antonio y Benita. Desde muy nia trabaj en las tareas domsticas, del campo y de la panadera de su padre, pues la salud precaria de este y de su madre, precisaban ayuda. Dej la escuela muy joven, tal vez a los 10 11 aos. Fuese invierno o verano, su jornada laboral comenzaba a las 3 de la madrugada y se prolongaba hasta las 9 de la noche, con descansos intermitentes. Su trabajo consista en amasar, ordear la vaca, recoger hierba, repartir pan por los pueblos del contorno a lomos de una caballera y dems tareas propias de la primognita de una familia humilde. Contrajo matrimonio con Luis, un hombre apuesto, procedente de una familia muy humilde de un ayuntamiento cercano. Mi madre pas la mayor parte de su vida trabajando por su familia, mientras mi padre sala muy de maana hacia su trabajo (era electricista) y no regresaba hasta entrada la noche. Su hermana menor, M Carmen, soltera, aprendi el oficio de modista y fue quien, en parte, ayud a mi formacin, la de mis cinco hermanas y hermanos, pues el tiempo que quedaba libre a mi madre para ayudarnos en tareas escolares era ms bien escaso.
Todas mis antecesoras han sido mujeres fuertes y luchadoras, que desarrollaron su labor en el medio rural, sin recibir a penas formacin acadmica. An as, fueron capaces de transmitir valores importantes, como el respeto por las diferencias (jams he escuchado a mi madre hacer crtica alguna a homosexuales, prostitutas, grupos sociales desfavorecidos), la cultura popular, la lucha por la vida y la dignidad, y algo muy importante, pero que parece que se ha ido perdiendo en estos ltimos tiempos: da igual quien haga las cosas de casa, lo importante es hacerlas con cario.
Para hacer este ejercicio he recurrido a la prodigiosa memoria de mi madre quien, pacientemente, me ha ido relatando una a una, ancdotas de la vida de sus antecesoras, lo cual me ha llevado a descubrir que, sin el trabajo constante de mujeres silenciosas y annimas, yo no podra estar ahora haciendo este trabajo. Es necesario que las mujeres que han contribuido a hacer la historia de las ciencias, las letras y las artes sean reconocidas, pero tambin lo es que cada una de nosotras rindamos homenaje a nuestras silenciosas mujeres y que nuestros hijos (hablo en masculino, pues mis hijos son varones) sepan reconocer que las que les rodean son iguales a ellos en mrito y capacidad, en valoracin y reconocimiento.


CONCHA LÓPEZ

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Publicado el: 16-10-2009
Última modificación: 00-00-0000


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