portal de la poesía virtual
portal de la poesía virtual

Mercedes A. Alexandre


ver poemario de Mercedes A. Alexandre
ver cuentos y ensayos de Mercedes A. Alexandre

¿Tienen Vida Los Calcetines? Monólogo de Humor


Como ya saben, a mí las cosas me afectan mucho. Analizo todo lo que hay o ocurre a mí alrededor, ¡Ya ven! Me pongo a hablar sola en menos que canta un gallo, la mayoría de las veces con humor, con ironía, sarcasmo y sazonado con un fisquito de doble intención. Si a las cosas de la vida no se le pone un poco de sal y pimienta, resultan... sosas, monótonas y soporíferas. Yo siempre digo que la risa es lo que más nos diferencia de los animales.
Desde hace algunos años vengo investigando a los calcetines. Cuanto más los he observado y vigilado, más convencida estoy de que tienen vida propia, ¡Vamos, que están vivos!. Los calcetines al tomar contacto con el ser humano se les activa sus células, sus genes y toman vida. Estoy segura que los fabricantes de calcetines saben más del tema pero no quieren hablar. Si se fijan, los calcetines no soportan la vida en pareja (como los humanos), por esta razón salen de fábrica unidos por una pequeña grapa. En cuanto toman contacto con los pies del humano comienzan a sudar y a sudar hasta convertirse en hediondos, a pesar de que los pies estén lavaditos, perfumados y tratados con bicarbonato, ¡Son los calcetines los que sudan y huelen! Y creo que es porqué no pueden caminar juntos, no se soportan. Algunos hasta se deslizan hacia abajo, se arrugan y eso es porqué intentan huir. Ya en el primer lavado llega el divorcio. ¡Hagan la prueba! Metan una pareja de calcetines en la lavadora y cuando vayan a sacarlos solamente encontraran uno... ¿Dónde está el otro?. Tienda una pareja en el tendedero y verá que cuando vaya a buscarlos que solamente hay uno. ¿Dónde está el otro?. Los calcetines son muy, muy ligones y de amigotes (como el humano), jamás están con sus parejas pero siempre los encontrarán liados con otros. En mi investigación he llegado hasta lavarlos a mano, tenderlos, sentarme al lado de ellos mientras se secaban, los he enrollado juntitos y los he encerrado en un cajón. Al abrirlo ¡estaban juntos! Pero... pero... uno de ellos se había camuflado cambiando de color. Si no me creen hagan la prueba. Compren 25 pares de calcetines = a 50 calcetines. Esperen unas cuantas semanas y se encontrarán con 25 calcetines ¡¡Sin pareja!!. Si observamos a los calcetines de deportes, eso es aún más extraño y me confirman cada vez más de que tienen vida. Las rayas de colores de sus patentes, o liguillas ¡cambian de color y de posición! ¡Jamás encontraran la pareja!. Preguntando a vecinos y amigos, me he enterado que en cada casa hay una bolsa, un cajón donde van a parar los calcetines separatistas, independientes y divorciados.
¡En fin! Quizá me esté volviendo paranoica, como me ha dicho mi psiquiatra (por cierto, que él llevaba los calcetines desiguales.) Si no quieren terminar como yo, olvídense de los calcetines y usen leotardos, ¡Jamás se separan!.
Hasta el próximo monólogo.









Mercedes A. Alexandre

Copyright © Todos los derechos reservados.

Publicado el: 22-05-2003
Última modificación: 00-00-0000


regresar




libro de visitas

ver firmar



Página vista 147403 veces.