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CUÁNTO TIEMPO HABÍA PASADO... NO LO SABÍA NI LE IMPORTABA. ABSORTO COQUETEABA CON UNA MUJER QUE LO HABÍA ECLIPSADO CON SU BELLEZA, CON SU SONRISA TENUE, ENIGMÁTICA, BURLONA Y SARCÁSTICA PERO FASCINANTE. RISUEÑAMENTE LE MIRABA, LO EMBRUJABA, LO TRANSPORTABA A PARAÍSOS IGNOTOS. AL ADENTRARSE EN SUS PUPILAS, RICARDO PASABA DEL AMOR AL ODIO, DE LA CALMA A LA PASIÓN. ELLA LO MIRABA CON UNA MALICIA QUE EJERCÍA TAL ENCANTO QUE NO COMPRENDÍA ESA VORÁGINE DE SENTIMIENTOS. ESTABA A PUNTO DE PREGUNTARLE SU NOMBRE, CUANDO ESCUCHÓ A SUS ESPALDAS:
La Mona Lisa se despide de ustedes, favor de pasar a la siguiente sala.
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