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Gatica


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Viaje en crucero

La verdad, me gusta el mar, pero cuando está tranquilo que es cuando lo abordo para disfrutar del suave oleaje y solo a una distancia de la orilla donde aun puedo pisar el fondo.Evito un sitio mas profundo porque le tengo respeto, por no decir que me atemoriza su fuerza y su inmensidad.
Verlo desde la orilla me fascina , su rumor y su movimiento son como una tonada musical que se repite sin cesar.Agua y mas agua, que hasta donde la vista alcanza parece terminar donde comienza el cielo.Mi preferido es el mar caribe con sus diferentes tonalidades de verde y azul y su agua clara que en un vaivén constante lava la arena blanca de la playa.
Contemplarlo me agrada, puedo mirarlo por horas, me hipnotiza y me serena.Navegarlo, no tanto, lo digo una vez mas, me impone, me amedrenta, me hace sentir vulnerable y también me marea.Al menos asi me siento ahora navegando en este crucero en mar abierto, donde parece que el mundo es solo agua y no avizoro tierra firme por ningun lado.Por eso, mejor me alejo de cubierta y me voy al bar, a ver si con una copa el tiempo no se me hace eterno y me quita esta sensación de inseguridad.
Si ya sabía yo de mi temor de navegar no se porqué acepte viajar de esta manera.Bueno, si sé, me dejé influir por amigos o personas conocidas que me hablaban siempre de un viaje maravilloso con diversión continua durante todo el viaje.
Para ser sincero yo no me sentía nada divertido, asi que me fui al bar y bebiendo a sorbos un whisky me puse a observar a la gente, desde luego no conocía a nadie y eso me hacia sentir aislado.Efectivamente la mayoria parece ser que disfrutaba con sus bebidas en la mano y reunidos en pequeños grupos hablaban de mil cosas y reían.
Me parecía como si estuviera viendo una obra de teatro sin argumento, solo oía el murmullo de sus voces pero sin enterarme de lo que decían.Estaba absorto viendo los diferentes rostros, la expresión de sus manos y de sus cuerpos.Estaba lo que se dice, aburrido; todo ese barullo no me decía nada ni me hacía sentir diferente, seguía estando solitario en medio de tanta gente.
De repente, en el otro extremo de la barra observé a una bella mujer que estaba prácticamente como yo, tomando una copa y con actitud indiferente.Como sucede en las películas o en las novelas, en el instante en que yo la ví, ella volteó a verme por lo que alcé mi copa como para brindar y ella con una leve sonrisa alzó su copa también.
De inmediato me dirigí a su lugar
Hola-le dije-¿esperas a alguien?
Por ahora no –me respondió-
Entonces estás matando el tiempo mientras te reunes con alguien?
No, realmente estoy viajando sola
Perdón por mi intromisión y mi interrogatorio, pero como me dijiste que por ahora no esperabas a alguien, supuse que mas tarde lo harías
Eso dije, por ahora no espero a nadie, pero mas tarde u otro día quizá, uno nunca sabe.
Ojalá y yo tuviera la fortuna de que me esperara una mujer como tú.
Como te digo, uno nunca sabe, porque ya ves , ahora estamos hablando sin siquiera conocernos
Bueno, no se diga mas, me llamo Ramiro Ortega , estoy aburridisimo, viajando en un crucero que dijeron sería divertidísimo, bueno mas bien estaba aburridísimo hasta que tuve la inmensa suerte de verte y de que aceptaras hablar conmigo, porque con lo bella que eres seguro que un minuto mas y te sobrarían invitaciones.
Gracias , yo me llamo Margarita, pero debo decirte que no es fácil que yo acepte invitaciones, sobre todo de gente que no conozco, solo que esta vez sucedió sin pensarlo.
Un conjunto musical inició una melodía y de inmediato varias parejas abordaron la pista.
Oye, que te parece esta oportunidad para bailar mientras nos conocemos un poco.
Bueno, me parece bien.
Me sentí embriagado por su delicado perfume, pero mas me embriagué de sus ojos de negros y de su boca que me sonreía tan cerca.Me atrapó como un rayo, se me olvidó el mareo, el misterio y la opulencia del mar, ojalá y que nos perdiéramos un poco para alargar mas la travesía.
Bailamos , bailamos y bailamos hasta que el conjunto musical dejó de tocar, nos reimos mucho como si nos conocieramos de toda la vida y hablamos sin parar de cosas triviales, sin importancia, por cierto ninguno de los dos preguntó cosas personales como de donde eres, a que te dedicas, eres casado-a,etc. Solo me mencionó que decidió viajar para despejar cosas que traía en la mente y que quería disipar para resolver un problema que tenía.
Yo no indagué mas y tampoco dije nada de mi por que nada me preguntó al respecto.Nos dedicamos a vivir el momento en toda la travesía y durante la misma fuimos inseparables, comíamos juntos, bajabamos juntos del barco en las diferentes poblaciones que visitamos, recorriamos las calles y paseabamos por diferentes sitios y nuevamente juntos subiamos al barco, nos divertimos sin parar y vivimos nuestro viaje como si fuera nuestra luna de miel.
Yo me sentia perdidamente enamorado de esta mujer que además de bella tenia un carácter alegre que me hacia sentir una felicidad que jamas habia sentido; por otra parte ella se mostraba muy satisfecha de mi compañía y me agradecía el que yo le hiciera sentir que el amor existía.
Tan embelesados estábamos el uno con el otro que no sentimos pasar el tiempo hasta que nos anunciaron que hoy sería la última noche que dormiriamos en el barco y desembarcaríamos en las primeras horas de la mañana.
Asi que nos pasamos de juerga casi toda la noche cenando, tomando vino y bailando, de tal manera que no supe a que hora nos dormimos.Desperté con dolor de cabeza que aumentaba con los fuertes toquidos a la puerta de mi camarote.Me despertaban para informarme que hacia rato que habiamos llegado al lugar de partida y que la mayoría de los pasajeros ya habían bajado.
Me di un baño rápido me vestí y arreglé mis maletas a toda prisa.
Busque a Margarita sin encontrarla por ningun lado en el barco y cuando me dispuse a bajar, desde lo alto de la escalera vi a Margarita abrazando a una niña y despues abrazar y besar en la boca al señor que la acompañaba, disimuladamente volvió la vista hacia atrás y al mirarnos como la primera vez, como la primera vez también me sonrió.
Sentí un vuelco en el corazón,pero enseguida volví a la realidad; después de todo las cosas no son para siempre y ella nada me prometió, no me dijo quien era ni que vida tenía, solo me dijo llamarse Margarita y con eso me bastó.
Lo cierto es que la gente tenía razón los viajes en crucero, son formidables, algo maravilloso.Tal vez el próximo año vuelva a hacer otro viaje y tal vez encuentre de nuevo a Margarita…porque como ella dijo…uno nunca sabe.


Gatica

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Publicado el: 23-10-2015
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