A MI NI�ES
(Carta que nunca envi�)
Mi querida y recordada ni�ez:
Quiz� te parezca extra�o que despu�s de tantos a�os sin vernos decida escribirte.
Ha pasado mucho tiempo, lo s� y desde entonces he ido acumulando en mis espaldas distintas primaveras que arrastro con grandes esfuerzos por tener el coraz�n repleto de oto�os, que hacen que mi piel y mis cabellos comiencen a tener color de invierno. Mis fuerzas, a pesar de quererse aliarse conmigo, han desistido en su empe�o y han encontrado asilo en mis ilusiones, que a�n tengo.
�Si supieras! Cuantas lluvias me han empapado desde que nos separamos. �Si supieras! ... �Cuantos riscos he trepado!, algunos con destreza y otros con tanta torpeza, que me han hecho llorar cientos de lunas llenas.
Hoy como tantas otras veces, me he puesto a recordarte y he tenido una necesidad tremenda de tenerte cerca y has invadido de tal forma mi memoria que he sentido una suave sensaci�n de que a�n me pertenec�a. Embriagada de nostalgia me he puesto a jugar con mi fantas�a y juntas, muy juntas las dos hemos volado por aquel jard�n de mi infancia, por aquel jard�n de flores, de ilusiones y temores, lleno de juegos ingenuos, lleno de solitarias charlas por habernos imaginado grandes amigos fantasmas. Y he recordado aquel altruismo que, d�a a d�a, t� me inyectabas, hoy lleno de telara�as porqu� la inevitable experiencia de la vida no me deja ponerlo en pr�ctica, ni ponerle alas.
Mi querida ni�ez, �cu�nto t� hecho de menos!. �Cu�nto t� hecho en falta!.
A�n recuerdo nuestras risas cuando hac�amos trastadas y nuestros miedos, tap�ndonos la cabeza con las s�banas, porqu�, al estar apagada la luz de la habitaci�n, el volante que ten�an las cortinas del balc�n, hac�a que nos parecieran perfiles de brujas y de gente mala. �C�mo pudimos sentir tanto miedo?.. Si nunca estuvimos tan resguardadas.
A�n recuerdo aquellas noches de Reyes que por culpa de los nervios moj�bamos la cama y luego, al llegar la ma�ana, nadie ten�a que tirarnos de la manta, nosotras �ramos las que despert�bamos a toda la casa y temblando de fr�o y de emoci�n corr�amos hasta el sal�n y la terraza, aquella terraza donde nos enga�aban con amor, poniendo agua para los camellos y comida para los pajes y siempre, �siempre! Hab�a sorpresas y lo m�s importante, muchas cosas “innecesarias”. �Si vieras!; mi querida ni�ez, cuando te conviertes en adulta, �las cosas que te regalan!... todas, todas... son necesarias.
A�n recuerdo catarros curados sin prisas, con convalecencias largas y lentas, donde le�amos cuentos de hadas y libros con los relatos de “Celia”. Al atardecer cuando la suave fiebre, acentuaba la modorra, nos dorm�amos pensando que �ramos protagonistas de aquellas historias entra�ables. Todas las vivencias que sentimos juntas pasan a una velocidad vertiginosa por mi mente: castillos de arenas, colecciones de conchas, de cromos, de estampas, de recortables. �Te acuerdas cuando recog�amos los nidos de gorriones que ca�an al jard�n para que mi perro no los destrozara?... �Recuerdas como vigil�bamos las largas e interminables filas que formaban las hormigas, para que nadie las dispersara a golpe de escoba?... �Recuerdas en las tardes de lluvia como nos met�amos con las botas de agua por los sucios charcos de la calle?... �Hemos hecho tantas cosas juntas!... que es dif�cil olvidarlas. �Trep�bamos �rboles, muros, la fachada de la casa!, caz�bamos “zapateros”, cri�bamos gusanos de seda. �Qu� importante has sido en mi vida!. �Qu� hermosa tu compa��a!.
Querida y recordad ni�ez si supieras lo diferente que es todo ahora. Me parece mentira haber sentido el deseo querer abandonarte cuando est�bamos juntas. �Recuerdas?... yo me quer�a hacer mayor, dejarte atr�s y cruzar la verja de nuestro jard�n. Y ahora, ya ves, cometo la locura de escribirte, quiz� sea por la huella tan importante que me dejaste clavada.
Dej� el jard�n para adentrarme en el bosque y el bosque me pareci� hermoso y lleno de novedades y proyectos. Durante alg�n tiempo, no te ech� de menos, hasta que comprend� que todo era diferente. T�, con tu ingenuidad, tu inocencia y tu maravillosa fantas�a, hac�as que me sintiera vacunada, inmune a las cosas horribles y crudas hac�as que creyera que nunca me rozar�an, ni me da�ar�an.
Aqu�, en este bosque, es al contrario, cuando veo algo hermoso, algo que creo tan limpio como t�, me acerco de lleno a tocarlo, a darme... y se me convierte en una planta carn�vora que intenta devorarme.
Quiero que sepas que ahora no juego, sino trabajo. No hago locuras pues estoy llena de responsabilidades y no tengo fantas�as, los problemas han ocupado su lugar. Pero a pesar de todo esto, te recuerdo y he podido por unos instantes, unos momentos escapar del circulo donde me enredaron los a�os y escapar hacia ti escribi�ndote esta carta.
Para mi ha sido muy reconfortante y agradable, tanto, que estoy evitando despedirme y no me queda m�s remedio que hacerlo. Soy consciente de que debo volver a la realidad, aunque sea m�s feliz recordando nuestro jard�n y lo feliz que fui cuando las dos �ramos una sola.
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