Uno tras otro, como si fuera tarea
o el empuje idiota de una apuesta,
uno tras otro,
la cuesti�n es terminar,
comenzar con la agon�a
y acabar con nuestra vida.
Cajas van y cajas vienen,
cerillos, encendedores,
o en la flama de una vela,
el piloto de una estufa,
todo vale, todo es bueno
por prender al enemigo,
que comience a trabajar,
que nos muestre su poder
y nos mine la salud,
que nos lance hacia el dolor,
desesperaci�n y angust�a,
nos haga sus esclavos
sin poderlo abandonar,
que nos convierta en gui�apos,
nos lleve a la enfermedad.
Cuando se caiga la venda
y estemos en el abismo,
tarde muy tarde ser�,
entonces ya sabremos,
siempre ha sido el CIGARRILLO,
NUESTRO ENEMIGO MORTAL.
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