De tu nombre la miel,
en tu boca mi sed,
de tus ojos el lirio
y en mi mente tú rastro.
En mi jardín
voy a plantar mucho de ti,
para que mi cosecha
florezca de jazmín,
y todo me simule a ti,
a tu piel blanca como clavel,
a tus manos suaves como acanto,
a tu alma aroma de vida.
Amiga, voy a regar el porvenir
con todos tus recuerdos por mejores tiempos.
Voy a labrar mi tierra con tus encantos,
colores y sabores.
Serás invernadero
de mis venideros sueños,
para que todo el año
se mantenga en primavera
y nunca dejes de crecer en mí.
Tu sonrisa será el triunfo
de todas de mis derrotas
y tus tristezas el medio de ofrecerte
el cielo.
La semilla que tiraste con descuido,
crece, y cada que florece es más fuerte,
es llama que alumbra la raíz de la luna.
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