Desde un amanecer
Flotaba una partida de ilusiones
Rozadas por un haz de luz
De esos que suelen ablandar los corazones
No tenían dirección ni participio
Tan solo ser… era su destino
Como un poema
Como el poeta en su momento cristalino
El anhelo era su fin
… Y su principio
Y vestirse de Amor
Su natural
Se las podía palpar
Más solo con empeño y regocijo
Y con gotas de Fe
Se acontecían
|