Voy siguiendo la ruta de una estrella
que perfila en el cristal su resplandor
entre las nubes se oculta y aparece
se desliza la noche a través de aquella luz.
La ventana está cerrada al frío del invierno
el silencio aprisiona la voz del corazón
por la estancia se extiende como un manto
la helada escarcha que en mi alma se quedó.
Viejos recuerdos aparecen entre sombras
en el espejo la mirada que nunca se olvidó
sus ojos encendiendo otra vez el dulce fuego
es el amor que se despierta esperando ver el sol.
Con tristeza regreso de mi nocturno viaje
fue una visión inesperada, una fugaz ensoñación
que ha dejado tras sus pasos, dos lágrimas de olvido
una verdad que hiere y el susurro de su voz.
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