A ti mujer, que pares con dolor.
Inmensa mujer de arreboles
que como natura en muchos soles,
del surco de la vida emana
en milagrosos instantes la vida proclama
Eres esencia de cielo y tierra,
tallo y raíz de las selvas;
una y simple flor de primavera,
imagen de Dios y su belleza
¡oh Divina égida de mujer parida!
cómo nace el misterio de la vida
en ese frágil cuerpo de “Leónidas”
delicado como el perfume de las rosas
Bella hoplita de las humanas huestes,
ajada por muchos como ilotas,
qué les importa si son vilipendiadas,
si sólo tienen corazón de simples madres
|