- A todas las mujeres, especialmente aquellas que aman intensamente la vida más allá de lo material -
La existencia sólo la siento,
con un amor de profundo aliento.
¡Lecho oscuro de celestino eros!
¡Fulgurante áurea de bellos astros!
En improvisado tálamo, ¡no importa!
día o noche, la libido exhorta.
Piel a piel, aleando aromas,
refundidos, en amalgamadas rosas.
Palpar infinito de nuestro sino,
dolor de amantes confabulados.
Dulce bálsamo anodino,
etéreas sombras de enamorados
Búsqueda perenne del amor divino,
unión de cincel y mármol blanquecino.
Los terrenales devaneos yacen,
cuando las almas en cópulas se esculpen.
Aquellos que caminan procelosos
en la búsqueda de la dicha, deseosos,
¿Comprenden al incomprendido preclaro?
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