Sigue soltando así tus cabellos negros
sonriendo así con tus dientes
mordiéndome el alma cada que puedes.
Sigue receptiva de mí salvajemente
abriendo puertas cerrando miedos
la fértil tierra de mis simientes.
Sigue cultivando la savia de tus labios
convierte los míos en recipientes
y entonces,
almacénalos allí
por siempre…
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